Escuelas de samba de Río de Janeiro, sin patrocinio por crisis en Brasil
Tras dos años de recesión en Brasil casi ninguna empresa pública o privada se interesó por patrocinar los desfiles de 2017.
Maderas en lugar de acetatos, plásticos en vez de tejidos, espejos por cristales y mucho material reciclado fueron las estrategias de las escuelas de samba de Río de Janeiro para poder desfilar en el carnaval de 2017 en medio de la grave crisis del país que las dejó sin patrocinio.
Las doce escuelas de samba del Grupo Especial, cuyos famosos desfiles del domingo y el lunes próximo constituyen la principal atracción del carnaval de Río y el considerado mayor espectáculo del mundo al aire libre, tuvieron que improvisar más que nunca para mantener el lujo de sus espectáculos pese a la necesidad de ahorrar en los materiales de los disfraces y las carrozas alegóricas.
Tras dos años de recesión en Brasil casi ninguna empresa pública o privada se interesó por patrocinar los desfiles de 2017, lo que obligó a los grupos carnavalescos a reducir sus presupuestos entre un 30 % y un 40 % respecto a 2016, según la Liga Independiente de las Escuelas de Samba (Liesa).
"Casi ninguna escuela consiguió patrocinio este año", admitió el presidente de la Liesa, Jorge Castanheira.
Sin ayuda de terceros, la mayoría se ajustó a sus escasos recursos propios y a la ayuda fija que reciben todos los años para montar sus desfiles.
A cada escuela se le asigna anualmente cerca de seis millones de reales (unos 1,9 millones de dólares), procedentes de los derechos de televisión sobre los desfiles, de la venta de los ingresos al Sambódromo y de la ayuda de la alcaldía de Río de Janeiro.
El año pasado, en cambio, varias consiguieron patrocinio, una fuente financiera que en ocasiones genera polémica, como en 2015, cuando la escuela Beija Flor admitió haber recibido 10 millones de reales (unos 3,2 millones de dólares) del gobierno de Teodoro Obiang, el cuestionado presidente de Guinea Ecuatorial desde 1979, para hacer un desfile sobre ese país africano.
En 2016, la escuela Salgueiro negoció un patrocinio de una empresa que no quiso identificar para realizar un desfile sobre espiritismo; Grande Río consiguió recursos de la alcaldía de Santos para homenajear esa ciudad en su presentación, e Imperatriz Leopoldinense contó con el apoyo de los cantantes brasileños Zezé Di Camgargo y Luciano, tema de su desfile.
Este año, en cambio, la única excepción fue Unidos da Tijuca, que consiguió patrocinio de algunas firmas estadounidenses para un desfile en el que abordará el jazz, el blues y Louis Armstrong.
De acuerdo con Castanheira, para ahorrar recursos casi todas economizaron en los materiales y prefirieron convertir "lixo em luxo" (basura en lujo), en una referencia al aprovechamiento de los materiales reciclados.
La Liesa también ayudó en la reducción de costos y disminuyó la duración de los desfiles de 82 hasta 75 minutos, con lo que cada escuela podrá recortar de su presentación hasta una carroza alegórica y seis alas (grupos de integrantes disfrazados).
Pese a los esfuerzos por recortar costos para sustituir la falta de patrocinadores, la primera polémica del carnaval de este año fue provocada por un supuesto patrocinador.
Representantes de los grandes latifundistas brasileños en el Congreso cuestionaron el tema escogido por Imperatriz Leopoldinense, que presentará en el Sambódromo un desfile sobre la preservación de la Amazonía, y acusaron a la escuela de samba de hacerle el juego a los grupos que critican la deforestación de la selva para abrirle espacio a la agricultura.
En represalia, el senador Ronaldo Caiado, expresidente de una patronal de grandes agricultores, propuso crear en el Congreso una comisión para investigar a los grupos que financian a Imperatriz Leopoldinense.
"Con tantos problemas en el país, que sufre con narcotráfico, mafias y grupos criminales, causa perplejidad que una escuela de samba decida atacar la agricultura intensiva, un sector que enorgullece al país y genera muchas resultados positivos", alegó.
La escuela dijo que su desfile será para enaltecer los indios y el medioambiente y que no cuenta con ningún patrocinador.
El senador, por su parte, olvidó que fueron los grandes agricultores los que financiaron un desfile en que la Unidos de Tijuca exaltó las culturas de la soja y el maíz en Brasil y otra en 2013 que le dio el título a Vila Isabel con el patrocinio de la multinacional Basf.
Pero la amenaza de abrir una investigación en el Congreso sobre la financiación de las escuelas recordó la época en que la mayoría se patrocinaba directamente por los "bicheiros", como son conocidos los banqueros del juego ilegal del "bicho" en Brasil, y el origen de sus recursos era poco cuestionado.
Los "bicheiros", varios de los cuales permanecen como presidentes de sus escuelas pese a las condenas que acumulan, financiaron los desfiles hasta que el costo del carnaval pasó a nuevos niveles y exigió la búsqueda de patrocinadores.
EFE